Ven, hablemos a la sombra
Estoy segura que alguna vez te has encontrado con un ser querido o un buen amigo, has inciado una conversación y de momento el sol implacable comienza a castigar. Imposible dar por terminado el encuentro porque urge el consejo o el consuelo. De momento miras a un lado y justo allí, debajo de un árbol, encuentras el mejor lugar para continuar la charla y le dices: ؟ Qué tal si nos vamos a la sombra?
Entonces comienza la conversación, el tiempo pasa sin darse cuenta. Mientras arreglan la vida, bajan lágrimas o se dibujan las sonrisas, arriba fluye el viento, se esparcen las semillas, se regala el oxígeno y se aclaran las ideas. Si debajo de un árbol, al cobijo de su sombra, el único acompañate es la soledad, escucharás el habla del silencio arropado por la techumbre de hojas que luchan contra el ruido. Mientras navegas por un mar de palabras, en el fondo, y sin que te des cuenta; las raices se extienden comunicándose entre sí para encontrar la manera de procurarse el alimiento y los nutrientes que aseguren su existencia.
Si se cobijan bajo la sombra de una Retama los hermosos ramilletes de flores rosadas, blancas y amarillas les acompañarán, el Mangó les podrá invitar a comer de sus frutos y ni hablar del Aguacate, que se desborda en generosidad cuando el verano toca a su fin. Arrímense a un árbol de café y a partir del mes de febrero pudieran embriagrarse con el tenue aroma de sus flores blancas. En plena cosecha, prueben sus uvas y sientan el rico sabor del café en una delicada primicia; pura esquisitez.
Los árboles nos proporcionan grandes beneficios que a veces ignoramos, nos protejen del ruido y la contaminación. Recientes estudios publicados por la revista The Lancet Planetary Health concluyen que la falta de acceso a áreas verdes inciden en una mayor mortalidad. La recomendación de los investigadores es concienciar a los gobiernos y yo añado a los ciudadanos particulares, a crear más áreas verdes, ya que está probado que las mismas ofrecen grandes beneficios a la salud física y mental.
Para que las palabras se alarguen, perdones o te puedan perdonar, para que si es poco el amor no lo termine de quemar el sol, para que llores sin que se evaporen tus lágrimas y puedas regar la tierra; siembra un árbol, siembra sombras.
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