22 de abril, un día para amar la Tierra y una eternidad para destruirla
Abril es el mes donde la Tierra cobra relevancia. Conferencias, talleres y resportajes reseñan la importancia de cuidar la naturaleza y nos alertan sobre el cambio climático. Luego, al poner fin a este mes, ambiente y naturaleza pasan al expediente de temas a tratar el próximo año. A diario vemos la huella que va dejando el hombre en el lugar maravilloso que habita. Vale la pena preguntarnos si realmente entendemos la urgencia de mantener y preservar nuestros recursos o si es que nos hemos cansado de escuchar el mismo tema e ignorar lo que es tan evidente.
Vivimos de cara a nuestra satisfacción personal y a la foto que luego adornará nuestras redes sociales. Cada domingo, el peor día para la naturaleza, se lanzan a nuestros ríos los amantes del riesgo y del "a mí no me importa nada" para arrasar con todo lo que se interponga entre sus ruedas. Cada noche alguien deposita sus desperdicios o escombros en cualquier parte sin importarle que el lugar escogido esté próximo a una cuenca hidrológica. Hagamos un pequeño ejercicio, vuelvan a mirar las fotos que acompañan este escrito e imaginen estos lugares sin la presencia humana o el resultado de sus acciones. ؟ Pueden notar la diferencia? Cada uno de estos lugares se torna hermoso sin el impacto desmesurado del hombre.
Vale la pena reflexionar sobre la importancia que la naturaleza tiene en nuestra salud física y mental. Jacques Tassin, investigador en ecología vegetal, del Centro francés de cooperación internacional en investigación agronómica para el desarrollo, ha reseñado en sus publicaciones la importancia de los árboles y los entornos naturales para prevenir o aliviar ciertas condiciones médicas. Tassin toma como ejemplo la investigación que un equipo de epidemiólogos del estado de Nueva York realizó, y como dato interesante, pudieron concluir que la incidencia del asma infantil era mayor en los barrios pobres de la urbe, donde la presencia de árboles es mínima. También menciona que las personas mayores de edad, que pasean por lugares con abundancia de árboles, viven al menos cinco años más que aquellos que habitan en una gran ciudad, cuyas áreas o facilidades deportivas carecen de cubierta vegetal.
Para desmostrarles el impacto positivo que tiene la naturaleza en nuestro espíritu, se me ocurre contarles un cuento muy breve:
"Ella vivía sumida en la tristeza. Se perdía en el bosque por horas y luego aparecía cargada de semillas y flores silvestres. Entonces yo respiraba tranquila porque sabía que había encontrado su balance en la naturaleza".
Merf
Cuando aplastas, cubres y arrasas atentas contra tu propia vida. Aprende a vivir apegado a la tierra.
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