Día Internacional de la Mujer Trabajadora
Pertenezco al grupo de mujeres trabajadoras que sobrepasan los cincuenta años. Somos ese grupo de mujeres que frecuentemente tenemos que justificar nuestra permanencia en los trabajos. Si pasas de sesenta, como es mi caso, el camino se torna árido y escabroso. A las mujeres, la sociedad nos impone cargas, cuidados y responsabilidades que hemos asumido al mismo tiempo que desarrollamos nuestras carreras profesionales. Luego, al alcanzar una edad madura nos preguntan frecuentemente: ؟ Te retiraste? ؟ No te sientes cansada de trabajar?
Hace mucho años, en mi experiencia laboral en un hospital, solía reclutar a un ejército de hombres y mujeres que, por su edad estaban próximos a retirarse o disfrutaban parcialmente de los beneficios del seguro social. Con estos empleados pudimos enfrentar huracanes, situaciones de emergencia y cubrir los turnos más antipáticos, como suelen ser los días festivos en Navidad o el verano. En el hospital dábamos la bienvenida al nuevo año peinando canas. Nunca he olvidado los nombres de aquellas mujeres: Dolores, Gloria, Rosa, Migdalia, María.
Ahora que me encuentro en la misma posición de mis antiguas compañeras de trabajo, me doy cuenta que resulto ser más atractiva para los representantes de ventas de las compañías de planes médicos. Para este grupo de profesionales, generalmente apostados a las entradas de los supermercados, somos carne de cañón. Pero todavía no encajo en esa población, que por edad aparece en los anuncios dispuestas a salir a bailar, utilizar los "beneficios" del plan para el grooming de sus perros o para la reparación de plomería en sus hogares.
Las mujeres trabajadoras de mi generación nos movemos como pez en el agua entre las distintas generaciones, Baby Boomers, generación X, Millenials y Centennials. Somos inclusivas y diversas. Somos creativas, sabemos de estadísticas, preparamos informes, hacemos presentaciones, igual nos subimos a los tacones que nos bajamos a unas tenis, cogemos mapo y escoba y mantenemos la dignidad, cuando si se nos olvida algo, nos diagnostican principios de Alheimer, pero nunca se nos olvida llegar temprano al trabajo. No desplazamos a nadie, porque en el mundo laboral moderno, nunca ha sido tan complicado el reclutamiento y permanencia de los empleados nuevos.
El 8 de marzo repasamos nuestra historia con el fin de mantener la imagen viva de tantas mujeres trabajadoras que lucharon y continuan luchando por sus derechos; más allá de los tres días al mes que los políticos nos quieren ofrecer por ser menstruantes. Al menos a mí, si me preguntan si estoy retirada, contesto que no y si insisten y me preguntan si no estoy cansada, contesto que no. Soy la Resistencia.
Excelente!
ReplyDeleteY no dan excusas y tienen mucha más energía!
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