Iluminar al mundo
Actualmente la maternidad está en sus niveles más bajos. Todos conocemos el término de la pirámide invertida, en la base los mayores y en el tope los más jóvenes. Este factor, entre otras razones, se debe a la manera en la que visualizamos nuestro presente y nos sentidos abrumados por el costo de vida, las guerras y la perspectiva de habitar un planeta castigado por la crisis climática. Hoy día la alternativa de la maternidad para muchas mujeres queda fuera de su plan de vida, y esto no es un juicio valorativo de mi parte, sino una realidad de nuestros tiempos.
Una mirada objetiva durante un paseo por un centro comercial les permitirá ver la cantidad de carritos para perros, los kioscos especializados en productos para mascotas y parejas socializando con otras que pasean a sus perros por los pasillos de estos lugares. Sin lugar a duda, el ladrido se impone al llanto y es un hecho que nuestra sociedad ha cambiado. Yo misma me cuestiono si sería capaz de ser madre en las circunstancias actuales. Debo confesar que a veces lo pongo en duda.
Hace algún tiempo hablando con mi nuera, le pregunté si no le daba temor enfrentar la maternidad en un mundo caótico como el que vivimos. Su respuesta fue la siguiente: "Hay que continuar dando luz al mundo". En ese momento entendí como nunca el verdadero significado de la maternidad, no es solo alumbrar la vida de esa criatura que llega a nuestras vidas, sino alumbrar el futuro.
A las madres, como la mía, que sobrevieron una guerra, a las madres ricas y pobres, a las madres de mañana o tarde que colaboran en la crianza de los niños, aunque no son madres, a las madres que ya no están, pero nos siguen alumbrando en el recuerdo y a Andrea, por aclararme el verdadero significado de la maternidad, con toda humildad les dedico estas letras, porque el mundo nunca ha sido un jardín de rosas.
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